Este reportaje, publicado el 19 de febrero de 1965 en la revista mexicana Venus, fue escrito por "Galileo":
Es que Flor ha hecho una carrera siempre ascendente, callada y sin alardes de ninguna especie, que la ha colocado en sitio envidiable desde cualquier punto de vista que se le mire. Cuidadosa en su preparación y enemiga de toda sofisticación, Flor ha sido siempre ella; una mujer sencilla, de encantos naturales y muy conservadora dentro del género que escogió para conquistar su sitio.
Ella llegó de su natal Salamanca, Gto. en 1945, siendo muy jovencita y ostentando el nombre de Guillermina Jiménez. Su hermana, Queta Jiménez, que en el teatro es "La Prieta Linda", la siguió en su determinación de ser artista, pero ambas fueron y siguen siendo muy cuidadosas para hacer las cosas en forma completamente independiente.
Flor cautivó al público primero con su sensual voz, cálida y de emotivos matices, mostrando siempre una marcada diferencia con las demás cantantes vernáculas existentes. La canción romántica, tenue y melancólica forma la mayor parte de su repertorio, por eso es que interpretando el bolero-ranchero Flor es sencillamente única.
Para algunos ella es solamente la cancionista de agradable presencia, pero la verdad es que tiene muchas cualidades. Es actriz, porque conoce a la mujer mexicana que siempre ha interpretado, ha convivido con ella y es sencillamente un reflejo de ella misma. Porque Flor es una mujer extraída del mismo pueblo.
Por eso no nos asombra de que, en compañía de su galán Tony Aguilar, continúe Flor ligada al folklorismo. Ahora ella también conoce los secretos del jinete, sabe montar a caballo perfectamente, sabe domarlos y hacerlos lucir a la vez que ella se luce.