Este texto lo escribí el mismo día que se nos fue Flor Silvestre:
He recibido una de las noticias más tristes y desafortunadas de toda mi vida: se fue mi Flor Silvestre, la artista que más admiro y quiero. Estoy sumamente conmocionado. Siento un dolor muy profundo y un vacío enorme dentro de mi corazón...
Aquí en California, el cielo se vio muy azul y despejado y el sol brilló más fuerte que nunca. Al contemplar esto, me di cuenta que Dios embelleció el día para darme a entender que doña Flor se fue directamente a la gloria.
Doña Flor siempre creyó en Jesús Nuestro Señor. Como dice en Juan 3:16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.
La muerte es sólo una transición, y lo que sigue es más hermoso, siempre y cuando uno acepta a Jesús como su Salvador. Doña Flor ansiaba reencontrarse con su compañero Antonio Aguilar en el lugar que Dios tiene preparado para los que creen en Él.
Le doy gracias a Dios por habernos permitido disfrutar del talento de Flor Silvestre, porque Él siempre dirigió sus pasos hacia el éxito y el cariño del público. Mi más sentido pésame a su familia, sus hijos e hijas, nietos y demás familiares.
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